lo que se escribió de “bumerán,bumerán”

Rock de Lux
“Cerca de Family, Parade o según qué Trembling Blue Stars, “Bumerán, humerán” es la obra de un hombre que no acepta la textura de la realidad y esculpe sus canciones con lo imaginario. Al igual que en el seno de Dar Ful Ful, el santiagués Marco A. Maril se muestra como un artista en lucha constante contra el mundanal ruido en este disco de electrónica pop masajeante y cálida, grandes espacios y sutilezas y corporeidad etérea (ojo a los coros de Carmen Humanoid, sobre todo en la increíble “Cielo”) que muestra una adhesión al esencialismo que ni el álbum en solitario de Mark Hollis. Contra esa atmósfera de ciencia-ficción, Maril, una de las mejores voces del panorama pop nacional, habla con palabras nuevas sobre pesares viejos, algunos motivos que pueden mover a un hombre a cambiar de galaxia: el dolor inherente al autoengaño (”Pablo miente”) y a la timidez emocional (”Moonriver y yo”), la flaqueza de la voluntad (”El deseo tuerce la
flecha”, de bailar con lágrimas en los ojos), el desconcierto (”Nada especial”), la nostalgia (”Lejos de ti”)… siempre ahí la nostalgia, tocando, hundiendo, dejando sin aire. O casi siempre, porque también reserva Apenino algún hueco para el presente y entrega con “El aire de nuestra galaxia”, glorificación de la pareja, una de las declaraciones de amor más emotivas nunca oídas en una canción. El amor aún es remedio.”

Juan Manuel Freire

Shangay
“Sigue Marco A. Maril conservando mucho en Apenino de ese proyecto efímero y bonito que fue Dar Ful Ful. Su único disco, ‘El artista adolescente’, y este ‘Bumerán, bumerán’ tienen muchas cosas en común, aunque les separa la madurez del músico. No hay en este último espacio para descubrimientos, porque da lo que imaginábamos: preciosismo, suavidad, composiciones desnudas, atmósferas electrónicas, coros femeninos y muy buenas letras. Canciones como ‘Cielo’, ‘Moonriver y yo’ o ‘Pablo miente’ le ponen al lado de gente como Astrud y Parade con todas las de la ley.”

Marcos Alonso

Blackmarket
“Pop, música con mayúsculas y minúsculas que brota de lo mínimo, de la raíz o la esencia, para crecer despacio en la vibración del aire. Apenino, o sea Marco A. Maril, antigua mitad de Dar Ful Ful, vuelve para confirmar su madurez con un excelente disco: ‘Bumerán, bumerán’ (Jabalina 2004). Y lo hace haciendo fácil lo difícil: darle un sentido emocional a los pequeños gestos de cada día, sin caer en la trampa de lo evidente o tópico. Diez canciones que se apoyan en los sonidos suaves y tranquilos de sintetizadores y guitarras acústicas, con los que se subraya la voluntad costumbrista de unas letras que fijan su memoria en el antes, durante y después del amor. ‘Bumerán, bumerán’ te evocará a Family, a The Magnetic Fields o a East River Pipe, pero también lo hará un lugar íntimo y cálido; al que desde ya le puedes poner un nombre: Apenino.”

Sebastián Taberna

Feedback-zine.com
“A Marco Maril, la persona que respira tras la careta de Apenino, le ocurre lo que a tantos otros: desde que se terminó la adolescencia, lleva siendo ‘adulto’ a regañadientes, prácticamente lo mínimo y necesario para ir tirando. Su alma no está aun equipada del cinismo de la supervivencia, las armas de depredador laboral y social ni tampoco del mejor miro a otro lado y aquí no pasó nada, que se le presupone a uno de esos jóvenes triunfadores que pululan por ahí para, ejem, triunfar. Como le sucede a tantos otros también, carece del descaro o valor de enfrentarse a todo ello y la opción del sarcasmo y la ironía también ha sido descartada hace tiempo por una cuestión de carácter. Por lo tanto, casi lo único que le queda es retornar a la madriguera adolescente de la habitación en la que poder diseñar un mundo a medida, reflexionar sobre sus traumas, recrearse sobre sus sensaciones y dedicarse en cuerpo y alma a lo que de verdad importa. Ya saben esas pequeñas cosas que, quienes gozan de los ‘extras’ de su edad y su tiempo, suelen desechar en favor de metas ‘mayores’. ‘Bumerán, Bumerán’ es un título que viene del prominente empleo del efecto delay en el disco, pero también admite una segunda lectura que es la de lanzar algo y luego ver como llega trasformado de nuevo a las manos que lo lanzaron. Quizá críticas como ésta tengan ese efecto y parte de la vida de quien las escribe se vuelque en el análisis de un disco que, se abre y cierra con dos temas de la época de Dar Ful Ful que Marco retomó en clave Apenino. Por un lado ‘Pablo Miente’, atmosférica recreación del eterno conflicto post-adolescente de quien se encierra en sí mismo y no logra afrontar la realidad y, por otro, ‘Mapa’ un auténtico nudo en la garganta expulsado en forma de canción bajo mínimos, llena de desesperados autoreproches a corazón abierto con líneas como ‘Soy un cobarde, no tengo sangre, para enfrentarme, para escaparme’. Las dos canciones citadas cuentan con una característica quietud y esos mantos de delay a lo Durruti Column, que se repiten a lo largo del disco en un constante baño de oscuridad. Sumados a esa sutil y arriesgadísima instrumentación tendente al minimalismo, la cada vez más acusada tendencia narrativa y ese sugerente detallismo indietrónico, le da un barniz de introvertida fantasía a un listado decanciones que, de tan reales y emotivas, logran enternecer al oyente completamente. Ahí está, citando unas cuantas, el joven que se relame en el amor recién saboreado y temeroso de perderlo de ‘Moonriver y yo’, la exaltación del amor-dependencia de la pareja en ‘El aire de nuestra galaxia’ o el emotivo recuerdo de esa pareja en el momento preciso (’De viaje sin ti’). Todo ello sin olvidar el que, en mi opinión, es el mejor tema del disco, la preciosa ‘Lejos de ti’ cuyos versos ‘A visitar tu casa volveré y allí por siempre esperaré / que el tiempo rompa y crezcan diamantes / en estos ojos que aún quieren salvarse / lejos de ti’ son de sentir como un ligero estremecimiento sube por todo tu cuerpo. Decía mi amiga virtual (una de esas extrañas amistades de messenger que nunca le has visto la cara) que, cuando tocó Apenino el pasado año en A Coruña de, tan emocionada, le dieron ganas de subir al escenario para darle un abrazo a Marco, pese a que su concierto fuera bastante desastroso, y el comportamiento de un público de gallinero completamente irrespetuoso. Ahora con este disco (de iniciales escuchas anodinas, siguientes reveladoras y finales completamente mágicas) de quien es ya una referencia de culto del pop nacional, me comentaba mi amiga que su mayor deseo era poderlo ver en directo en un sitio más adecuado, solo con la gente que está allí a lo que hay que estar, aunque fuéramos veinte. Pues ya está. Ahora toca el mío: por favor, que alguien le pase este disco a Julio Medem.”

Javier Becerra

Alter Ego
“Las historias mínimas, íntimas, profundas y sencillas que narran los chicos de Apenino en este disco rozan en ocasiones la calma y la belleza absoluta. El disco tiene momentos de coordinación perfecta entre la voz e instrumentos de Marco Maril y la producción del omnipresente Arturo Vaquero. La calidez de las letras y las voces, acunadas en sencillas melodías casi invisibles, transforman este ‘Bumerán, bumerán’ en uno de esos trabajos de cabecera otoñal.”

César dos Santos

Monocromo.org
“Quizá la música y, en consecuencia, los discos más impactantes sean aquellos que es posible describir con apenas unas palabras, con simples adjetivos que hablan de emociones, de sensaciones y de percepciones, términos que hacen inservibles las divagaciones absurdas y los análisis exhaustivos, y que, inmediatamente, recrean una imagen más concisa que cualquier otra intrincada explicación. La de Apenino, como todas las propuestas caracterizadas por su exuberante personalidad, lleva adherida un buen número de ellas. Sofisticación, elegancia, sencillez, inocencia, poesía, ternura y, principalmente, calidez, una calidez solo comparable a la generada por esas mantas veteranas, plagadas de orificios y descosidos, que se resisten orgullosas a la jubilación. ‘Bumerán, bumerán’ es todo eso, y también es uno de esos discos que cada noche te espera, con los brazos abiertos, en algún rincón de tu habitación, dispuesto a acogerte en sus cristalinas brumas, esas que inundan ‘Mapa’, y amoldarse a tu figura, uno de esos trabajos que parecen concebidos para una jornada de pijama y pantuflas en medio del frío invierno, dedicado a disipar cualquier preocupación o, al menos, a disimularla entre románticas programaciones, acompasadas guitarras, y alegatos poéticos de trazado dulce y realista. Basándose en su pop de sugerente cadencia y sedoso movimiento, Marco A. Maril ha logrado entregar uno de esos trabajos que parecen haber estado siempre ahí, alojados en nuestra memoria, alimentándose de nuestras experiencias, uno de esos discos que creemos conocer y que, sin embargo, no dejan de deparar sorpresas, un clásico instantáneo.”

E. Pérez

El Mundo. Metrópoli
“El gallego Marco Maril era el 50% de los extintos Dar Ful Ful. Como Apenino, agudiza el sentido de la intimidad en una reconversión a la indietrónica de autor o pop de habitación. Hábil para atrapar el detalle y mostrar su fascinación por él, expone sentimientos y reflexiones de forma arriesgada e impúdica hasta el punto de ruborizar al oyente. Su delicadeza despista pero, obtenida la complicidad, puede llegar a embelesar.”

David Saavedra

Muzikalia.com
“No hay sorpresas, tras el ep de debut de Apenino, ‘En la hora azul’ (Jabalina Música, 03), en el que Marco Maril, tal y como esperábamos cogía el testigo directamente de las canciones que Dar Ful Ful habían editado en su único disco, ‘El artista adolescente’ (Jabalina Música, 01), ahora llega el momento de estrenarse en el formato larga duración. Todo ello con suavidad, sin una sola estridencia, todo bonito y preciosista, desde el diseño hasta la última de las notas del disco. Como decíamos, sin sorpresas, guitarras acústicas, casi siempre de acompañamiento -aunque sí se nota un ligero aumento de la importancia del uso de las seis cuerdas- y sobre todo las melodías y arreglos que salen del inseparable Yamaha QY 100, siguen siendo la linea conductora de un disco en el que sobre todo, destacan las canciones, unas composiciones inspiradas y que buscan su acomodo en las situaciones más cotidianas. La autocrítica en “Pablo miente”, el optimismo luminoso de “Lunares rojos y naranjas” y la satisfacción de “El deseo tuerce la flecha”, son solo tres ejemplos de grandes historias ocultas en momentos diminutos y que son los que Apenino aprovecha como nadie, materializándolos en canciones de tres minutos al estilo de Magnetic Fields, East River Pipe, o en según que aspectos, Astrud. Efectivamente, no hay sorpresas, todo es tan bonito como esperábamos.”

Pablo Suárez & Marta Luis

El Planeta Amarillo
“La música de Apenino está hecha desde y para escapar de la realidad, para imaginar que hay otro mundo idílico y maravilloso en alguna parte y si eso es así, estas canciones se convierten en el vehículo ideal para llegar a ese sitio. Se palpa el gusto exquisito del ex-Dar Ful Ful por el sonido de la factoría Sarah Records, especialmente por Field Mice, y más aún por sus descendientes Trembling Blue Stars; también ese gusto y esas influencias se orientan hacia grupos de aquí como Family o Parade, y es que en el redondo estribillo de ‘El deseo tuerce la flecha’, por ejemplo, se percibe de forma evidente esa devoción por el grupo de Javier Aramburu, que aquí, como diseñador, se encarga de la portada, como ya viene haciendo habitualmente en muchos discos del sello Jabalina. Una decena de preciosas gemas de electrónica pop masajeante y nostálgico, en los que Marco canta mejor que nunca, y si a eso encima le añadimos unos preciosos coros a cargo de Carmen Humanoid (como en ‘Cielo’, ‘Lejos de ti’ o ‘Moonriver y yo’) y unos envolventes y mágicos arpegios de guitarra, no podemos dudar entonces que estamos ante un disco especial, un disco realmente conmovedor y apasionante, toda una delicia para los fans del pop electrónico más exquisito que se hace en nuestro país.”

Rafa Skam

La Gaceta de los Negocios
“El ex Dar Ful Ful Marco Maril entrega como Apenino un primer álbum repleto de joyas pop en las que nos susurra al oído, con voz casi desganada, historias melancólicas indicadas para calmar corazones sensibles. Diez canciones llenas de magia que Marco lanza al aire como un bumerán, acompañado sólo de teclados electrónicos y suaves guitarras y algún coro femenino. Un álbum repleto de matices, colores y atmósferas para degustar en calma.”

Francisco J. Gutiérrez

Zona de Obras
“Marco Maril Pardo, quien fuera una de las mitades de Dar Ful Ful, ha creado su propio proyecto musical. Apenino supone para el músico seguir ahondando en esas melodías cristalinas que construye con sonidos electrónicos, guitarras acústicas y arreglos minuciosos. Sin excesos, y con mucho encanto. ‘En la hora azul’, fue el EP de presentación de Apenino, en su casa de toda la vida, Jabalina. En él ya apuntaba que al quedarse solo iba a seguir dando rienda suelta a su imaginación. Ahora, en ‘Bumerán, bumerán’, su primer largo, el azul se enriquece con toda una paleta de colores brillantes. Aunque siempre quede hueco para la melancolía. Sería un exceso hablar de disco de confirmación, o de madurez. Tratamos de un artista muy joven aún. Pero desde luego hay una diferencia, un paso más, respecto a sus anteriores discos. Y hay una sensación de transparencia, belleza, y fragilidad que acompaña al oyente durante la media hora larga que dura el compacto.”

Mertxe V. Valero

Desconcierto.com
“’Bumerán bumerán’ es el título del primer álbum de Marco Maril, conocido anteriormente por formar parte de uno de los grupos gallegos más conocidos de los últimos años, Dar Ful Ful. Ahora en solitario y bajo el nombre de Apenino, Marco traza la continuación del EP que publicó, también con Jabalina, titulado ‘En la hora azul’. Se trata de diez canciones durante las cuales nos lleva de viaje a través de los sentimientos y sencillas historias, como si cada canción se tratase de un pequeño extracto de un diario de confesiones que nos acerca al oído con suavidad. Alejándose de la estridencia y las prisas, nos ofrece un disco para saborear con calma y disfrutar de su bella fragilidad. Cómo no, el amor y el desamor (la necesidad de estar ‘Lejos de ti’) están presentes en muchos de los rincones, o el destino, como en ‘El deseo tuerce la flecha’, la ingenua y contagiosa felicidad de ‘Lunares rojos y naranjas’ o ‘Moonriver’, la autocrítica (’Desaparecer’) o el momento de la separación (’De viaje sin ti’). Para ello se ha valido de un sutil empleo de teclados y elementos electrónicos, guitarras tan suaves que a veces ni lo parecen y que recurren a los sonidos hipnóticos, y coros femeninos que aportan el contrapunto a la triste y desganada voz de Marco. Dejando un poso de tristeza agridulce, ‘Bumerán bumerán’ ofrece momentos de calma y reflexión, necesarios en los tiempos que corren.”

Zampabollos

Inditendencias.com
“Apenino, pop anclado en el acuoso mapa de los soñadores. Este ‘Bumerán, bumerán’ (Jabalina) vuelve y revuelve. Con la misma economía de medios y actitud preciosista que ya ofrecían sus anteriores trabajos, Marco A. Maril alcanza –tras el notable proyecto Dar Ful Ful- su debut de largo, una extensión natural de las cuatro canciones que compuso ‘En la hora azul’. Aventajado discípulo de Family, el compositor gallego prefiere tomar una senda más apacible y darse tiempo para dejar que las palabras –como bien ha revelado Javier Aramburu en los dibujos de la portada- caigan, como las hojas este otoño, y se forme un espléndido paisaje de metáforas y partidas de ajedrez a medio jugar. “Huir no sirvió. Tampoco volver será una solución (…). La espada y la pared y yo siempre en medio. Nada especial”. Formula preguntas, apunta emociones, esboza situaciones. Este bumerán se parece más a una aspirina efervescente que a un arma arrojadiza o un divertimento que juega con el viento. Ese cándido y reparador sonido de burbujas que mueren disparadas y que aquí, convertidas en arreglos –Arturo Vaquero ayudó en las labores de producción-, visten las melodías acústicas, la electrónica evocadora y los coros de miel. Este álbum apacigua como esas baldosas cálidas en una casa sitiada por el invierno. Quizás su autor haya madurado pero conserva el romanticismo adolescente y le guiña un ojo a la belleza frágil de Audrey en ‘Desayuno con diamantes’.”

Gorka Elorrieta

ABC. Guía de Madrid
“De los exploradores, más osados que orientados, que de la soledad de su cuarto se aventuraron en las entrañas del continente del corazón guiados por el mapa imaginario dibujado por Family, Dar Ful Ful fueron los más afortunados. De su música emanaba una sugerente combinación de templado optimismo y cálida melancolía que Marco Maril recupera ahora en su nuevo proyecto. Aún debe encontrar su propio camino, pero no están nada mal estos atajos apasionados, enigmáticos, sinceros y vitales”

F. Pérez

Thebellemusic.com
“Marco Antonio Maril Pardo ya había demostrado el pasado año lo que era capaz de hacer tras la disolución de Dar Ful Ful en el estupendo EP En La Hora Azul, compuesto por cuatro canciones entre las que se encontraban dos de las mejores del año (una para mí, la vida entera, y otra para Julio Ruiz, ella y él). Ahora en largo, siguiendo las mismas pautas que en su trabajo predecesor, vuelve a recrearse en diez delicadas canciones de textos trascendentales mecidos por una cuidada electrónica minimalista y arreglos de todo tipo. Bumerán, Bumerán es un disco preciosista y ameno que tal vez en momentos puntuales pueda dar la sensación de demasiado lineal, pero que con canciones como cielo, lunares rojos y naranjas, el deseo tuerce la flecha o lejos de ti, demuestra con creces que la magia que nos embrujó antaño sigue estando ahí.”

aLe

Moonpalacefanzine.com
“Segundo asalto de Apenino en lo que es la aventura en solitario de Marco Maril, una aventura que poco a poco va dando sus frutos, primero de forma más dubitativa con su ep de estreno el pasado año, y ahora, con este ‘Bumerán, bumerán’, continuación lógica de aquel, pero que le lleva bastante más allá y perfecciona un discurso que en formato corto no había acabado de convencernos. Lo que hace unos meses significó su debut, al lado de esta nueva entrega queda ya como un mero intento de búsqueda de un sonido propio, de una personalidad. Con este disco, Marco Maril lo ha conseguido definitivamente y ha logrado reunir una preciosa colección de narraciones íntimas y melancólicas. Narraciones que quizás por sus letras, por su cadencia, o por la cercanía y calidez que transmiten, si en vez de estar envueltas por ligeros arreglos electrónicos, lo estuvieran tan sólo por notas de guitarra, tendríamos la palabra ‘cantautor’ en la boca. Canciones como ‘Cielo’, ‘El aire de nuestra galaxia’ o ‘Lejos de ti’ forman el esqueleto sobre el que se sostiene este trabajo sencillo en pretensiones pero grande en cuanto a resultado. Un esqueleto de pop adornado con ribetes electrónicos que aunque recoge aires lejanos de bandas como Trembling Blue Stars, los últimos dos trabajos El Joven Bryan, o el Stephin Merritt más reposado, cuando finaliza con ‘Mapa’ ya ha realizado la mitad o más del camino hacia el reconocimiento de su sonido como propio, con el tiempo seguro que lo iremos comprobando. De momento, ‘Bumerán, bumerán’ supone un excelente paso adelante en la carrera de Marco Maril, una delicia tan volátil como los textos que adornan su acertado artwork”.

Juanra

Alter Ego
“El ex-Dar Ful Ful Marco Maril presenta este su primer trabajo largo como Apenino desde la timidez y la sensibilidad que le caracterizan. El álbum refleja un indudable saber hacer musical, amparado en las melodías sencillas pero íntimas e intensas, y unas letras profundas de claro corte melancólico y personal. ‘Bumerán, bumerán’ es un conjunto de buenas piezas, buenos momentos, y buenos mensajes; uno de esos trabajos que ayudan a uno a encontrarse consigo mismo.”

César M. del Rio

Popchild.com
“Difícil es hacer soplar miles de letras entre las palmas de las manos y más aún conseguir que dichas letras formen diez canciones acogidas de nuevo por dos manos abiertas con ganas de experimentar con cosas nuevas. Así Javier Aramburu nos presenta a Apenino, tras el que se esconde Marco Maril. Detrás del cuidadoso trabajo al que nos tiene acostumbrados Aramburu, vemos una puesta de largo en diez canciones, donde la corta pero intensa experiencia con Dar Ful Ful (junto con Sabih Font) se hace notar. La continuación de su EP (’En la hora azul’), con el que se estrenaba en solitario, había asentado las bases de su sonido. Aquí evoluciona a un pop más electrónico, con la guitarra como protagonista, pero con diferentes máquinas experimentando (como suena de fondo en ‘Lejos de ti’). Pero sus letras siguen siendo igual de buenas, letras como ‘De viaje sin ti’ contando un viaje ideal; ‘Cielo’ narrando una historia de amor, o ‘Mapa’ como crítica personal. Vemos una semejanza más que palpable con grupos como Family, The Magnetic Fields o East River Pipe, grandes nombres para un chico tímido, pero que dota de gran belleza a sus canciones. Sólo tres minutos nos acompañan en la mayoría de las canciones, pero ¿hace falta más tiempo para expresar lo que uno siente? A Apenino parece ser que no. Como Juan José Millás escribió en un artículo, ‘El corazón mata, pero las palabras también’”.

Natxo Sobrado

Todas las Novedades
“Mucho hay de Dar Ful Ful –anterior aventura de Marco A. Maril, cabeza visible de Apenino- en ‘Bumerán, bumerán’ . Mucho hay de aquel ‘El artista adolescente’, único e inolvidable disco de su primer y efímero proyecto. Mucho, pero con necesidad de apuntar que aquel parece un disco insuperable. Dicho esto y teniendo en cuenta una sustancial evolución en el planteamiento estructural –más estudiado en este caso- que no en el ya utilizado formato de electrónica mínima y letras preclaras y nostálgicas, Apenino encuadran un disco muy valioso en sus efectos. Con ayuda de externos que dotan de belleza a composiciones absolutamente desnudas en su raíz, y con la aportación de coros femeninos en varios temas (’Lejos de ti’ y ‘Moonriver y yo’), las atmósferas, que en algunos momentos se pueden cortar con cuchillo, fomentan una sensación de pérdida de gravedad que devuelven en muchos casos a los paisajes surrealistas de Ana D. Aquí hay búsqueda de belleza y de claridad, a dos palmos del suelo y muy de noche. Aquí, además, hay razones suficientes para sentir con agrado y de verdad el invierno y el frío. Abrigaos.”

Jose M Gallardo

Nadadora.tk
“Después de haber sido, junto a Xabi, el más digno sucesor del soplo en el corazón con Dar Ful Ful, toca quitarse de encima un equipaje que pesa bastante más de lo que muchos son capaces de soportar. Y la opción de marco ha sido optar por algo más personal y escapar, dentro de lo posible, de las comparaciones, con una obra calmada e intimista. ha optado por mirarse a sí mismo y escribir para sí mismo en vez de mirar a lo lejos. Así, ‘Bumerán, bumerán’ nace entre letras que cuentan historias menos evidentes y composiciones menos pegadizas y más reposadas, tejidas sobre atmósferas de una elegancia inmensa. Pero pierde inmediatez en el camino y se dibuja, al final, como el hermano difícil e introvertido de sus predecesores ‘En la hora azul’ o ‘El artista adolescente’. Aquí ya no hay bailarinas chinas en las que mirarse. Ni están ella, ni él, ni tan siquiera vienen las letras escritas para buscarnos entre palabras mientras van sonando las canciones. Sin embargo, a medida que escuchamos una y otra vez los diez temas vamos encontrando pistas escondidas. Pistas que vienen desordenadas como las letras que vuelan por el aire en el diseño de la carpeta (hay regalos que no se sabe como agradecer; éste, a todos nosotros y no solo a Apenino, de nuevo de Javier Aramburu) y vamos aprendiendo a querer a ese chico que esconde la cara bajo el jersey cuando le miras. Y el tiempo y las escuchas van poniendo en su sitio a un cd que no entra arrasando con todo a lo Barry White, sino que pide tiempo para que lo vayas conociendo. y así descubres la belleza de ‘El deseo tuerce la flecha’, la tensión contenida de ‘El aire de nuestra galaxia’ o la dolorida calma de ‘Mapa’. y nos queda tanto tiempo por delante…”

Manolo Domínguez

Georgy Girl
“Perfecta conjunción entre portada y contenido. Marco Dar Ful Ful se estrena en el formato de larga duración con diez canciones pop llenas de matices y ambientes encantadores. Todo suena suave y bonito. Un disco para corazones sensibles, en el que Apenino evoluciona hacia un pop más electrónico, pero con la guitarra como protagonista.”

Armando Trivez

Suite
“…diez canciones que forman el debut grande de Marco aka Apenino, grabadas entre la habitación de Apenino y los Estudios Abrigueiro con la ayuda de Arturo Vaquero (Humanoid). 30 minutos de canciones, de historias, construidas con cariño llenas de destellos electrónicos, de letras que navegan en todo tipo de circustancias cautivas de la realidad y de los miedos, entregando himnos al amor sin olvidarse de la soledad. Guiños al country (’Pablo miente’, ‘Lejos de tí’), a las bandas sonoras (bonito es el recuerdo al film ‘Desayuno con diamantes’ en el tema ‘Moonriver y yo’) y a la electrónica naïf, observando que a Marco le gusta conectar las canciones como si fueran una sola historia…”

Toni Santaeularia