lo que se escribe de “un rayo de sol”

efeeme.com
No hay mucha gente en este país que se atreva a profundizar en el pop electrónico de alcoba. Y menos aún los que se deciden a hacerlo con tal ausencia de miramientos. Ése es el caso de Marco Maril, ex Dar Ful Ful, quien alberga el mismo celo por el pop miniaturista con ribetes sintéticos que otros artistas hispanos han demostrado a lo largo del último lustro, caso de Parade (casi un pionero), Anorak o Skimo, si bien en su caso la escuela Family ha dejado una huella más patente que en casi todos ellos. Éste, el segundo álbum completo que entrega bajo la denominación de Apenino (tras Bumerán, bumerán, de 2004) vuelve a ahondar en la exposición impúdica –tanto que puede parecer de lo más “naïf” e incluso ahuyentar al no converso– de unos sentimientos que encuentran en la mandolina, el ukelele, el piano y unas programaciones nada ampulosas su vehículo de expresión. Sutil, liviano y de un encanto de lo más vaporoso, este Un rayo de sol rinde además un par de muestras de pleitesía: a los referenciales The Field Mice (con esa versión de “Below thes stars”) y a la veterana Ana D, quien pone su voz al servicio de “El balneario”.

Carlos Pérez de Ziriza

GO mag
“Dream pop. Puede que el rastro de Dar Ful Ful sea un párrafo en el currículum de Marco Maril que muchos echen a faltar constantemente, haciendo que, una vez más el pasado juegue en contra de uno. Pero a pesar de que hay ciertas cercanías en las formas (a fin de cuentas, Dar Ful Ful, comenzó siendo un proyecto suyo en solitario) la búsqueda que realiza Apenino va en otra dirección, y en ese aspecto resulta significativa la presencia de una revisión de ‘Below the stars’, de The Field Mice. Aunque las canciones del gallego no alcancen la intensidad de las de los británicos (aunque sí superan en brillantez a las últimas composiciones de la nueva banda de Bobby Wratten, Trembling Blue Stars), la conformación de ese mundo onírico a base de melodías pop y ecos diversos, donde la inocencia es una actitud profundamente osada en los tiempos que corren, resulta como poco valiente y honesta. Pero es que además ‘Un rayo de sol’ es un considerable paso adelante con respecto al menos inspirado ‘Bumerán, bumerán’, donde la luz gana espacio frente a la languidez, la instrumentación colabora en la construcción de la ensoñación (en este disco no hay guitarras, sino ukeleles) y surgen grandes canciones como ‘Recordar’. Sí, osado es la palabra. Con un par.”

Jesús Sáez

Calle 20
“A punto de sacar su billete para tierras orientales (le reclaman para actuar cual si fuera el nuevo Stephen Merrit), Marco entrega su disco más maduro, que le coloca muy cerca de Patrick Wolf (¿será por el diestro manejo del ukelele?). Apenas hay en este segundo álbum (que tuvo ‘El chico de la camiseta a rayas’ como avance en la web del artista) una pieza ya conocida (’Sol de Japón’) en tal catarata de emociones contenidas (por el recogimiento) o desbordadas (¿cuándo se le había oído cantar en tesitura tan diferente como demuestra en ‘Días de septiembre’?). Una obra que reúne más momentos impagables (leer a The Field Mice a su manera o rescatar de su retiro a Ana D para que cante en ‘El balneario’).”

Julio Ruiz

Notodo.com
“Por fin, ya está aquí. Llevábamos tres años esperando el regreso de Marco A. Maril o, lo que es lo mismo, Apenino. Después de confirmar nuestro interés por el ex Dar Ful Ful, tras su genial debut con el ep ‘En la hora azul’ (Jabalina, 2003) y su posterior largo ‘Bumerán, bumerán’ (también en Jabalina, 2004); su nuevo trabajo llega, exactamente, como un rayo de sol para nosotros. Apenino vuelve con una propuesta madura en la que, si ya pocas dudas teníamos con relación a su marcado estilo personal y, al tiempo, desmarcado del resto de propuestas del ámbito nacional; consagra con coherencia, precisión y buen hacer, el cosmos de sonidos y elementos mágicos de su universo musical. Concediendo mayor protagonismo a los componentes electrónicos, en la forma de esmerados ritmos y brillantes y cromáticos efectos, Marco continúa fiel al empleo de mandolinas y ukeleles y a la introducción de tímidos acordes de guitarra. Como siempre, dedica una posición privilegiada para la parte vocal que, en esta ocasión, nos regala diez nuevas historias. Historias repletas de imágenes y de retórica con una lograda sensibilidad en un álbum tan ecléctico en tempos y emociones como equilibrado en su composición. Lo que da como resultado un fantástico disco de pop electro-acústico con multitud de guiños a la IDM que dibuja increíbles paisajes sonoros con los que, si bien más épicos o sosegados, logra del todo emocionarnos. Continúa la estela del legado de Dar Ful Ful (y Family), pero también nos recuerda a trabajos de Northern Picture Library y Metrotone, o de los más recientes Khonnor, Ckid e incluso Bauri. Por eso ‘Un rayo de sol’ (Jabalina, 2007), que cuenta con la voz de Ana D en ‘El balneario’ y dedica una versión a The Field Mice (’Below the Stars’), es uno de los álbumes más interesantes del panorama independiente nacional. Porque aúna valentía y creatividad a raudales. Y porque lo hace de maravilla.”

David Cano

Zona LP
“Hay un algo inherente a la música de Marco Maril que puede atraer o repudiar como las joyas más preciosas: pueden hipnotizar pasionalmente por su belleza o provocar el distanciamento de los alérgicos a una perfección utópica e increíble. Esa es la concepción de la música de Apenino, donde la languidez y la intimidad juegan de la mano para dar luz a una música acariciante, retraída, inconsciente de su condición, perfecta banda sonora para ‘El principito’. Su segundo álbum, Un rayo de sol, busca los resquicios de luminosidad que sus retazos de electrónica y los ecos de su guitarra dejan a una música que poco a poco va mostrando querencia por los años cincuenta, probablemente la cuna todavía no visible que acabará siendo la bandera que ondee en la cima de su obra, como demuestra la que puede sea mejor canción del disco, ‘Recordar’. Lo coges o lo dejas.”

J. Sáez

ABC - Madrid360
“El pop de habitación de Marco Maril, la mitad de aquella deslumbrante estrella fugaz que fue Dar Ful Ful, sigue orbitando sujeto a la acción gravitatoria de New Order y Family, pero su segundo disco, intrigante y transparente, recuerda sobre todo al mejor Bob Wratten (fantástica versión de ‘Below the stars’) por su capacidad para convertir lo etéreo en algo emocionante.”

F. Pérez